VISITAS

martes, 1 de noviembre de 2016

XV Nacional Foro BMWMOTOS Junio '16


03-JUNIO-2016


¡¡¡Tocaba la hora del reencuentro!!! Un año después de nuestra primera Nacional BMWMOTOS partíamos hacia una nueva sede. Esta vez visitaríamos Ávila (AV), capital del foro en 2016.

Para ello trazábamos una ruta que nos llevaría por nuevos parajes atravesando diversas provincias durante todo el día hasta llegar a Ávila. Esa era nuestra idea, pero semanas antes de la partida, en un almuerzo con nuestros amigos de la Hermandad del Motero Penitente de Castellón, recibíamos la invitación de acompañarles. Y cómo decir que no.

Por dicho motivo, se llegaba al consenso de salir a primera hora de la mañana desde Castellón y realizar el camino por autovía para llegar de la forma más rápida posible al destino.




A nosotros nos tocaba madrugar un poco más para realizar los 80 kilómetros que nos separan de la capital provincial, lugar de salida de todo el grupo. Como sarna con gusto no pica, a las 07:00 nos poníamos en marcha y las 08.00 nos encontrábamos con el resto del grupo en el lugar indicado.




Como es lógico, las autopistas o autovías no dan mucho juego a lo que la moto se refiere. Todos sabemos que son vías que se utilizan para acortar tiempos en largas distancias, por lo que poco podíamos aprovechar en cuanto a paisajes.




La primera parada preestablecida la realizábamos en las cercanías de Requena (V), donde nos esperaban los últimos componentes de la expedición. Lugar para almorzar y repostar.





De vuelta en la carretera, seguíamos haciendo kilómetros. Habíamos decidido hacer paradas cada 200 kilómetros aproximadamente, en función de las gasolineras y del cansancio que provoca circular de forma monótona.






Este tipo de conducción nos permitía conseguir buenas instantáneas de los componentes del grupo en circulación.










Hasta teníamos apoyo logístico sobre cuatro ruedas. ¡¡¡Menuda expedición!!!




La siguiente parada la realizábamos en las proximidades de Tomelloso (AB). Estirar las piernas, limpiar viseras y pantallas, repostaje y algún "pitillito".

La parte manchega de la ruta nos dejaba ver típicas imágenes de sus grandes llanuras.





A buen ritmo, rodeábamos Toledo (TO) con las vistas de su imponente Alcázar en lo más alto de la ciudad.




Continuábamos hacia nuestro siguiente destino, una gasolinera en la localidad de Maqueda (TO). Ese sería el lugar donde deberíamos decidir el lugar para comer. Tras unas ligeras dudas del "qué hacer", una voz envalentonada sugería subir al Puerto del Pico (AV), donde podríamos comer en un restaurante situado en la cima. Como para decirlo dos veces.

Enlazábamos con la A-5 en Maqueda hasta desviarnos por la N-502 hacia nuestra siguiente meta.







Una vez en la cima, nos deleitábamos con las maravillosas vistas de la Sierra de Gredos y la Calzada Romana que llegaba hasta donde nos encontrábamos. Lugar inmejorable para hacer unas fotos para el recuerdo.









A escasos metros se encontraba el restaurante, La Parada del Arriero, donde pudimos degustar algunas de las comidas típicas del lugar.





Tras un pequeño descanso post-comida, con el sol reluciendo sobre nosotros, decidíamos atacar los últimos kilómetros de la jornada. Unos 60 aproximadamente.




Poco a poco, y ya en la parte baja del puerto, las nubes iban encapotando el cielo.




La predicción, de la cual no nos acordábamos, pronosticaba tormentas en esa misma tarde. Y vaya si aparecieron.




Los más previsores habían llevado trajes de agua, haciendo una parada técnica para ponerlos.




Los que no habíamos caído en la cuenta, continuamos sin esperar, ya que uno se mojaba más en parado que en marcha. Y buena agua que nos cayó. Aunque no hay mal que por bien no venga, la moto quedaba limpia de los numerosos insectos que había ido recogiendo por toda la autovía.






Finalmente, y mientras escampaba, llegábamos al hotel de reunión. Un poco mojados, pero nada que nos fastidiase ese encuentro tan deseado con muchos amigos que hacía tiempo que no veíamos.




04-JUNIO-2016


Tras los saludos anteriores a la cena, y los posteriores al desayuno, la marabunta motera se decidía a emprender la ruta que nos había preparado la organización.




Con todo el mundo en sus posiciones daba inicio la jornada festiva.




A nuestra izquierda dejábamos la ciudad atrás, con su impresionante muralla rodeándola.




La ruta discurría buscando el Embalse de Burguillo, circulando por unas carreteras amplias y divertidas.





Los ascensos y descensos, con sus grandes curvas, permitían vislumbrar la cantidad de motos que nos juntábamos en esa mañana. El ritmo era bueno para disfrutar de todos los factores.





Una vez dejábamos atrás Navaluenga (AV), los paisajes mejoraban mucho. Si bien es cierto que tener el embalse tan próximo ayudaba mucho en lo que a vegetación se refiere.








Una vez a la altura de El Tiemblo (AV), y dejado atrás el magnífico Embalse de Burguillo, poníamos rumbo hacia Navas del Rey (M), siguiendo las carreteras amplias y poco sinuosas...




... para seguir hacia la Urbanización Parque de las Infantas, perteneciente a la localidad de Valdemorillo (M), donde haríamos el avituallamiento oportuno de media mañana.




Una vez allí, dábamos cuenta de los servicios contratados por la organización del evento, con concierto incluido.








Una vez con las pilas recargadas al ritmo de Rock'n'Roll, emprendíamos de nuevo la marcha para dirigirnos hacia Cebreros (AV), y posteriormente, hacia Las Navas del Marqués (AV). Las carreteras parecían mejorar conforme pasaba el día.






Allí se encontraba el Restaurante Magalia, donde un enorme salón nos esperaba para saborear unos buenos platos de la región.







Tras un buen atracón, la vuelta al hotel era voluntaria. De esta manera, el salón fue vaciándose poco a poco. Nosotros decidimos volver a descansar para a media tarde salir a dar un paseo por el centro de la ciudad acompañados de los amigos "penitentes".






Tras unas buenas risas y unas cañas, llegaba la hora de sentarse a la mesa para disfrutar de la cena de gala de la reunión. Así lo hicimos, rodeados de nuestros amigos de Castellón, Segovia y Burgos.

Finalmente, se realizaba la entrega de premios y obsequios. Posteriormente llegaba el turno de las despedidas, ya que la mañana siguiente cada uno volvería a su destino a la hora que creyese conveniente.


05-JUNIO-2016


Amanecía soleado en Ávila. Cuando la mayoría de los asistentes comenzaba el regreso a sus respectivas casas, a nosotros todavía nos quedaban dos días de ruta. Habíamos decidido visitar parte de Castilla-La Mancha.




Emprendíamos la marcha en dirección a Toledo por la N-403. Nuestra idea era llegar a dicha ciudad y hacernos unas fotos desde el Mirador del Valle, al otro lado del Río Tajo. Éramos conscientes de que, siendo domingo, la ciudad estaría llena de visitantes y paseantes, por lo que llegar al centro sería una misión bastante complicada. Además, nos acercábamos al mediodía y el calor se hacía presente.





Ya teníamos la reserva hecha para comer. Lo haríamos en el encantador Restaurante Las Musas de Campo de Criptana (CR). Por lo tanto, solamente nos quedaba coger la CM-42 para avanzar lo más rápido posible, ya que por medio no encontramos anteriormente nada que nos pudiese resultar interesante. 

Lo más importante de esta etapa estaría por llegar en la tarde. Así que era hora de saborear un poco los menús de la tierra en un local maravilloso.




Una vez descansados y con fuerzas recuperadas, nos hacíamos las primeras fotos junto a esos enormes "monstruos" que tantos quebraderos de cabeza le dieron, hace ya muchos años, a Don Quijote de la Mancha. 







De esta forma, empezaba el "turno de tarde" que nos llevaría hasta la capital albaceteña, pero haciendo una parada estratégica a mitad de camino.




Nos volvíamos a incorporar a la CM-42 para ir adelantando faena, la cual abandonábamos a la altura de Tomelloso (CR) para realizar nuestra visita al Parque Natural de las Lagunas de Ruidera. Un precioso entorno para disfrutar de un paisaje único y una tranquilidad que no creíamos que existiese debido a la fama del lugar. Mejor así.






Las primeras fotos las realizamos desde un mirador que está localizado en la parte alta del pueblo de mismo nombre que las lagunas.

Para continuar, seguiríamos la carretera que transcurre bordeando las distintas lagunas, y que nos llevaría hasta Ossa de Montiel (AB).






De Ossa de Montiel a Albacete solamente queda reseñar las enormes llanuras típicas de estas regiones que a "nivel motero" poco dejan que contar.




Una vez aseados, nos fuimos de cena con una pareja que conocimos ese mismo día, pero con los que habíamos mantenido contacto telefónico anteriormente, y que nos enseñaron una buena "ruta barítima" de la ciudad. Por ello, un gran agradecimiento a Carmen y Jose por ser unos perfectos anfitriones.




06-JUNIO-2016


El regreso a casa seguiría una ruta que comenzaba siguiendo los consejos de nuestro amigo albaceteño. 





Dejábamos atrás Albacete para sumergirnos en paisaje más típico de Castilla: campos que se pierden en el horizonte con grandes cosechas de cereales.





Buscábamos un paisaje mucho más interesante y, para ello, no dirigíamos hacia una pequeña pedanía llamada Alcozarejos (AB), donde nos encontraríamos con el río Júcar y daría comienzo nuestro paseo por toda su Hoz.





Transitando por la B-5 en dirección a Alcalá del Júcar (AB) el río dibuja numerosos meandros encajados en paredes que llegan a los 150 metros de altura, con pequeñas casas construidas aprovechando dichas paredes.









Una vez en Alcalà, pueblo donde las construcciones se van apilando unas sobre otras sobre la ladera que forma el río, abandonábamos el paisaje que nos mostraba la Hoz del Júcar para ir dejando atrás las tierras castellanas.






De camino a Requena (V), la N-322 nos regalaba un serie de curvas que no son muy comunes en las grandes mesetas españolas.




Desde Requena, la CV-395 nos conducía al corazón del Parque Natural Chera - Sot de Chera para poder disfrutar de una ruta por una carretera bastante estrecha. A veces, incluso nos tocaba casi parar la moto para cruzarnos con un turismo, pero que nos regalaba unas vistas maravillosas.








Más tarde, la CV-245 entre Alcublas (V) y Segorbe (CS) nos deleitaba con el último tramo motero de verdad. Unos 15 o 20 kilómetros de curvas enlazadas con buen asfalto y poco tránsito. Quizás haya que tener un poco de cuidado con los tractores, que acostumbrados al poco tráfico, van un poco despistadillos. Damos fe.





Habíamos avanzado suficiente durante la mañana en nuestro camino de aproximación a casa, pero viendo que no era demasiado tarde, y una vez en Segorbe, decidíamos que este último tramo lo haríamos por el camino más corto. De esa manera fuimos en busca de la N-340 para poder llegar a nuestro destino y comer allí mismo. 

Así poníamos fin a nuestro segundo paso por una Nacional del foro que esperamos ir repitiendo año tras año para juntarnos con esa buena gente a la que solamente vemos gracias a este evento. ¡¡¡Hasta el año que viene!!!

"VÍDEO EN PROCESO"